30/4/09

La enfermedad como camino

De Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke es un libro muy interesante
y revelador, de lectura dinámica y estimulante. Altamente
recomendable para comprender adecuadamente la naturaleza de la
vida. La enfermedad es un proceso natural y como tal hay que vivirlo.
Lo triste de la sociedad actual es que pretende alejarse, evitar lo
más posible dicho campo. Y en el fondo lo que esto revela es un
profundo desconocimiento. No se puede vivir con miedo a la muerte,
no se debe huir continuamente de los ‘problemas’.

En este sentido la medicina ‘moderna’, especialmente la
farmacología, (o al menos el uso que se hace de ella) es un
despropósito absurdo. Lo único que busca es paliar los síntomas,
eliminar todo dolor, ignorando su proveniencia. Y es que el origen
de lo que nos sobreviene siempre responde (o corresponde) a
nuestra propia esencia interior.
Una enfermedad es una llamada de atención hacia algo que estamos
dejando de lado, algo que debemos reasimilar, reaceptar, reintegrar.

La existencia es un trabajo continuo de procesar y reconciliar
opuestos. El equilibrio, naturalmente, se halla en el medio y mientras
uno no logra centrarse, va dando bandazos de un extremo al otro.
Hay muchas oportunidades y planos para aprender a reconciliar los
contrarios, sin embargo si insistentemente uno rechaza, evita
reconocer uno de los polos, sucede que dicho aspecto se ‘interioriza’
a la fuerza, se somatiza en nuestro cuerpo con forma de enfermedad
y ya tenemos el lío montado. Así pues puede decirse que la
dimensión corporal física es el plano último donde se manifiestan
nuestras tareas pendientes. Y, tanto si uno se aplica como si no, el
deber exige ser cumplido, no desaparece (en todo caso te lleva a la
muerte (y ni aun así se irá de tu lado)), pues es un principio
ineludible de la vida.

Pero esto no debe agobiarnos, una disposición abierta, receptiva,
positiva basta para saber atender en cada momento lo que precisa
de nuestra atención. Además, la enfermedad es una estupenda
‘maestra’, el dolor y las limitaciones tienen la cualidad de centrar
efectivamente al sujeto en lo de verdad importante y relevante, lo
ponen en contacto con su esencia auténtica y lo superfluo e
insignificante se desvanece definitivamente. Alcanzar tal estado de
serenidad madura es un bello logro y entonces ya poco importa el
camino recorrido hasta llegar a él, por eso es importante respetar los
procesos de nuestra vida (y los de la de los demás) y ser siempre
sincero y valiente con todo.

PD:
El complemento ideal a este libro es su predecesor: Vida y destino
humano, de Thorwald Dethlefsen. Que consiste en un breve pero
lucidísimo repaso al camino de maduración vital y a algunas de las
principales herramientas disponibles. La información que proporciona
es de primerísimo orden, de una calidad excepcional y brillante. Para
alguien no lego en la materia puede llegar a sonar un poco a chino o
a increíble, pero a poco que uno investigue y analice con apertura y
receptividad verá lo muy acertado y elevado de sus palabras.
Hermetismo, hipnosis, polaridad, astrología, homeopatía,
numerología, reencarnación... A través de todo eso se busca una
comprensión de la vida, de su sentido y su funcionamiento (y apunta
acertadamente). Con lo que, si se asimila su contenido, se dispone
de una base muy buena desde la que continuar progresando y
ampliando nuestra comprensión y capacidades. La pega es que este
libro lleva mucho (demasiado) tiempo descatalogado y es difícil y
caro de encontrar, sin embargo internet nos proporciona la
posibilidad de acceder a él y leerlo (http://bit.ly/zb3SsQ),
yo de ti no lo dudaría ni un segundo.

Otro recurso que complementa muy bien este tema es el documental
'Las alas de la vida', de Antoni P. Canet, que muestra cómo Carlos
Cristos afronta y sobrelleva dignamente su enfermedad degenerativa
hasta el final de su vida. Nada más, un saludo.

31/3/09

callejeando

Tal vez el verano pasado tuvisteis la ocasión de ver pululando por Zaragoza un coche de Google Maps, no? Pues sabed que ya esta habilitado el Street View de la ciudad. La verdad es que es un 'juguete' muy interesante y con una gran potencialidad. Figúrate, un calco fotográfico de toda una ciudad. La cantidad de infomación visual que se puede sacar es tremenda (sobre todo como documentación grafica para un dibujante no tiene precio). Un instante congelado, una macroradiografía de los usos y costumbres actuales. Imagina lo que sería poder acceder a algo así de otros tiempos o épocas (una pasada, vamos). Pero no nos pongamos a soñar ahora, de momento disponemos de esto, aprovechémoslo (con un poco de ingenio se le puede sacar mucho provecho). Podemos convertirnos en exploradores, mejorar nuestra orientación espacial, o encuadrar 'instantes' interesantes, hacer de fotográfos virtuales, o montar vídeos con algún recorrido interesante, o no sé, cualquier otra cosa, a ver que se os ocurre...

El poder de elegir

De Annie Marquier, es un libro que trata sobre cómo nos
relacionamos con lo que nos rodea. Qué actitud adoptamos frente a
la vida. Básicamente, como en todo, hay dos opciones alternativas.
La positiva y la negativa. La madura y la inmadura. El proceso de
crecimiento y aprendizaje consiste primero en darse cuenta de la
existencia de un ‘estadio’ más elevado y luego en desprenderse de
aquello que nos impide alcanzarlo. Así pues todos empezamos desde
cero (nadie nace aprendido) y todos estamos en un punto intermedio,
con mayor o menor grado de inmadurez. Por tanto puede resultarnos
de gran ayuda o utilidad asimilar el contenido de esta obra.

En primer lugar la autora expone con diáfana maestría el patrón
inmaduro, que consiste en un ego exacerbado. La típica persona
incapaz de adaptarse, de fluir o de comprender lo que le rodea. O
sea, que vive en permanente conflicto y eso la obliga a estar siempre
a la defensiva e incluso se ve ‘forzada’ a atacar a los demás. A esta
actitud se la denomina ‘Victimitis’, pues quien la sufre se ve a sí
mismo como víctima de los demás y ve el mundo como algo hostil.
Este lamentable estado se debe a un continuo autoafirmamiento
motivado por cualquier suceso mal asimilado (trauma, complejo) y
que se retroalimenta a base de someter bajo su propio criterio todo
aquello que le rodea. A saber, el sujeto sólo ve y entiende las cosas
de una manera, la suya. Por tanto a todo aplica sus egoístas
prejuicios, creyendo, ciega, erróneamente, que esa es la única
‘verdad’, la ‘realidad’. Más claro aún: Quien se aferra a lo que ‘sabe’
no escucha ni aprende, se cierra en sí mismo, se atrapa en un nudo
que, a la larga, será su ruina.

Por eso nos interesa asumir la actitud madura, aquella que no
proyecta su responsabilidad hacia instancias externas, aquella que no
necesita culpar a nada ni a nadie, pues comprende que el poder y la
responsabilidad es completa y exclusivamente de uno. De esta forma
la vida se desarrolla en un plano más rico, amplio, satisfactorio. El
ego se disuelve y el ser se libera. Quien abre su mente se está
regalando plenitud y armonía. Pues cada cambio se disfruta con
naturalidad, no se hace un problema de ello.
Además esa disposición positiva tiene un efecto multiplicativo, actúa
como atracción para con nuestro entorno. Con lo cual nuestra
relación e interacción con el mundo fluirá con generosidad y alegría.
Total que, siendo así, bien vale la pena intentar mejorar un poco, no?

PD:
Otro libro de la misma autora que puede resultar de ayuda al
respecto es 'La libertad de ser'. Mucho más amplio y detallado, su
contenido supone un profundo estudio de la naturaleza y el
comportamiento humanos. Su calidad es tal que casi es mejor no
precipitarse con su lectura, pues afrontar tanta información en una
etapa temprana del proceso de crecimiento personal puede
desalentar un poco o incluso desbordarnos, ya que su volumen
supone un reto considerable para su asimilación.

Haciendo una breve síntesis, algunos de los temas que aborda son:
La estructura del ser humano, de cómo vive apegado al ego, siendo
esto origen y consecuencia de sus problemas y tormentos, pues la
inmadurez supone existir atrapado en ciertos esquemas internos, que
generan el ciclo de la insatisfacción, de cómo aprender a reconocer
dichos automatismos propios, para su correcta 'disolución', de cómo
aprender a habitar nuestros tres cuerpos (mental, emocional y físico)
y cuidar y mantener su equilibrio, de cómo comprender y asimilar el
'origen' de los traumas que nos limitan y bloquean, de cómo asumir y
llevar a cabo la propia 'autoreparación', de cómo familiarizarse con
los distintos modelos básicos de comportamiento egótico, de cómo
buscar y acceder a un estado más elevado, maduro, libre, auténtico,
de cómo manifestar las virtudes del ser con plenitud, de cómo
desarrollar la voluntad y realizarse con verdadera entrega y
generosidad, de la importancia de la intención pura y clara, de la
calidad del momento, etc...

Básicamente: de cómo desprenderse del ego y vivir desde el alma, o
cómo disolver el miedo y manar amor.

Como se ve, es un empeño más que loable, pero que nadie se lleve a
engaño, la dificultad va pareja a lo elevado del propósito. Crecer es
una labor un tanto 'ingrata', pues exige y requiere, con cada avance,
mayor compromiso y responsabilidad (y tampoco es un estado
'permanente'), así que hay que ser especialmente cuidadoso y
comprensivo con uno mismo. Forjarse como ser maduro supone
esfuerzos y pruebas sin cuento (un poco como los trabajos de
Hércules), por lo que Paciencia y Constancia serán dos amigas
imprescindibles, pues el viaje se anuncia arduo y azaroso. Ánimo,
valiente (cree en ti mismo, tu puedes).

Pero mejor termino con un regalito, jeje. "Momo" de Michael Ende,
es un libro maravilloso, muy inspirador, es un buen ejemplo de
actitud y disposición centradas. Especialmente recomendado para
aquellos que van por la vida diciendo "no tengo tiempo". Nada más,
hasta pronto.

28/2/09

¿Amar o depender?

Bueno, ya que estamos en el mes del amor (por cortesía del
‘Cortinglés’) vamos a hablar de un libro que trata de eso mismo.
‘¿Amar o depender?’ de Walter Riso se lee con facilidad pues es
breve y claro. A través de su exposición desmantela por completo el
modelo típico de lo que entendemos por amor. Y es que la visión
romántica de la pareja perfecta y el amor-para-siempre es
tremendamente errónea y lo único que genera son problemas y
sufrimiento. Por naturaleza el ser humano tiene un instinto de
conservación que lo lleva a cuidar y proteger sus posesiones y a
mantener cubiertas sus principales necesidades. O sea que siempre
busca la seguridad. Pero la vida es cambio continuo, aquí tenemos el
problema, el hombre entra en conflicto con la vida cuando deja de
entenderla, cuando se resiste a los cambios y deja de adaptarse,
pretendiendo forzar la estabilidad, mantener lo alcanzado.

Esto resulta especialmente dramático en la pareja. Todo tiene un
principio y un final, las parejas se forman y se deshacen. Pero
algunos sujetos no soportan eso y su egoísmo les lleva a hacer todo
tipo de barbaridades, chantajes, absurdos, con tal de conservar la
unión. Ahí se revela lo complicado del afecto, que tiene mucho de
droga, y como tal crea adicción y, progresivamente, insatisfacción
pues el cuerpo enseguida se habitúa a lo que le das y por tanto cada
vez precisa de ‘dosis’ más altas para sentir ese placer. Con lo cual
quien queda enganchado a su pareja cada vez intenta ‘exprimirla’
más, se rompe el equilibrio, el respeto, la distancia necesaria y
comienza la posesión asfixiante.

Llegados a ese punto todo es daño, humillación, involución, se entra
en un juego degradante donde cada miembro consiente en sacrificar
una parte esencial de su ser con tal de mantener vivo el vínculo, se
tolera la manipulación, el engaño, lo que sea con tal de no afrontar
por uno mismo sus carencias. Se busca que la pareja compense,
llene, ese vacío, se la convierte en apoyo (muleta), se la carga de
responsabilidad y deberes hacia uno, se la vampiriza. Entonces se
detiene el crecimiento, la relación se vuelve perjudicial, viciosa,
perversa, las personas que caen en este tipo de dependencia
deforman su psique, atrofian su autonomía. Lo triste de tal situación
es que suele confundir y arrastrar con gran facilidad a ambos
miembros, con lo cual quedan mutuamente anulados e invalidados.
Por eso el amor es tan complicado, es campo ideal para el desarrollo
de parasitaciones inmaduras. Así que conviene no perder nunca el
norte y ver las cosas como son, sin dejarnos cegar por la pasión.

PD:
La otra cara de la moneda es asumir las relaciones sentimentales
como un juego (la vida es trueque, interacción, viaje, reto,
aventura). Y para ver esto una obra muy interesante es "El método",
de Neil Strauss. Que es un libro tremendamente divertido y curioso,
además de todo un fenómeno social. El autor relata en forma de
novela su experiencia de aprendizaje e introducción en el mundo de
la seducción. Con lo cual nos descubre un nuevo mundo,
sorprendente y fascinante, de transformación y superación personal.

La lectura nos muestra su progreso, su búsqueda y
perfeccionamiento de técnicas de aproximación y 'captación'
del sexo opuesto, y los resultados de todo eso (algunas escenas son
hilarantes, surrealistas).
Lo hace, además, de una forma muy amena, sincera y directa, con
lo que conecta a la perfección con el lector.

Ahora bien, este modelo tampoco es perfecto, cabe el riesgo de
volverse demasiado superficial e inmaduro (aunque parece
recomendable como iniciación). Total que, está claro, los extremos
son un problema. Demasiada rigidez (posesividad) o demasiada
'soltura' (frivolidad) no llevan a nada bueno. Así que lo complicado es
encontrar el equilibrio, el término medio donde todo fluya con
razonable naturalidad y armonía (premio al que lo alcance, jeje).

Mantener una relación plena y madura es interesante pues supone
vivir diferentes fases, numerosas oportunidades de desarrollo y
compartir abundantes experiencias enriquecedoras, gratificantes, y
todo siempre desde la libre voluntad de cada uno de los miembros de
la pareja (lo cual es una maravilla extraordinaria, si se hace bien).

Pero, como siempre, el crecimiento depende de uno mismo y no hay
que descuidarlo, combinando el 'trabajo' interno con el externo, sin
perder nunca el norte, nuestro camino.
Y ya vale de este tema, que soy un cansino, jeje. Un saludo.

grados y drogas

Capítulo aparte merece el comentario sobre el amor entendido como
una droga. Lo primero de todo hay que entender bien qué es 'droga',
y para ello la mejor lectura que puedo recomendar es: "Del café a la
morfina", de Andrew Weil y Winifred Rosen.

El libro es un magnífico catálogo de todas las drogas habidas y por
haber, su procedencia, sus efectos y sus secuelas. Esta lectura es
muy recomendable pues ayuda a comprender la naturaleza de esa
materia. La conclusión a la que se llega es clara: El ser humano es el
único responsable de lo que hace con su vida. La madurez consiste
en saber hacer un buen uso de los recursos que la naturaleza nos
ofrece. El problema viene cuando se pierde la mesura, el control.
Por tanto hay que tener especial cuidado con lo que se
'experimenta'.

El mejor criterio que uno puede seguir es el de no exponerse a
riesgos innecesarios (jugar con fuego tal vez no sea tan buena idea
como parece).

Nunca hay que perder de vista lo que se hace, ni por qué se hace.
Recurrir a la droga es síntoma de inmadurez, se busca la evasión
fácil, eludir las dificultades, desentenderse de uno mismo. Errar es
humano, pero autodestruirse es sencillamente estúpido, hay muchas
otras maneras de 'perderse'.

Hay que conservar siempre un mínimo de dignidad, ser siempre
sincero con uno mismo, no autoengañarse. Por eso es bueno conocer
los desórdenes que originan estas sustancias. La 'droga' altera el
equilibrio del organismo y eso luego supone una grave contrapartida.
Además el cuerpo se 'adapta' (se apaña como buenamente puede) a
lo que le echen, por eso la diversión nunca dura mucho.

Perseguir esa 'dicha' efímera es una carrera perdida de antemano, y
terriblemente peligrosa, pues la 'tolerancia' obliga a aumentar la
dosis y el cuerpo ya no responde apenas, con lo cual estamos
directamente envenenándonos por nada. Menudo negocio, no?

La vida es implacable, ineludible, en su funcionamiento, todo abuso
tiene un precio, amargo y doloroso. Así que, elige bien tu camino,
conduce tu destino (no te apalanques en el infierno), aprende como
funcionan estas cosas y encuentra tu centro. No vuelvas loco a tu
cuerpo, así no te haces ningún favor (y deja ya de: tomar café /
fumar / beber / o lo que sea. No te sirve para nada).